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Mosca blanca, Aleyrodidae, prevención y eliminación frente a daños

Mosca blanca, Aleyrodidae

Los invertebrados conocidos como mosca blanca son un grupo taxonómico incluidos en la familia Aleyrodidae, con numerosas especies mundialmente distribuidas, por lo que pueden localizarse en todos los continentes y en un cuantioso número de países. Muchas de estos especímenes poseen importancia económica al ocasionar daños y problemas a muchos cultivos de hortalizas, frutas y hasta plantas ornamentales. Los miembros de esta familia son los protagonistas de este artículo, resaltando sus características taxonómicas, morfológicas, reproductivas, los daños y problemas generados por ellos y los mecanismos para combatirlos.

Características de la mosca banca

Entre los principales caracteres que diferencian a este grupo de insectos de la familia Aleyrodidae tenemos los siguientes:

Taxonomía

Las moscas blancas están agrupadas en el phyllum Arthropoda, clase Insecta (saber más), orden Hemiptera, superfamilia Aleyrodoidea y en la familia Aleyrodidae, que alberga aproximadamente 158 géneros y 1562 especies, entre las que se pueden mencionar: Bemisia tabaci (mosca blanca del tabaco), Bemisia argentifolii, Aleurothrixus floccossus (mosca blanca algodonosa), Paramesia myricae (mosca blanca japonesa de los cítricos), entre otras importantes.

Tamaño

La longitud de la mosca blanca es bastante reducida, ya que generalmente estos hemípteros no sobrepasan 1 mm.

Ciclo biológico

Son insectos hemimetábolos, al no ejecutar una completa metamorfosis, pasando por varios estadios que son: huevos, ninfa I, ninfa II, ninfa III, pupa y adulto. El ciclo biológico se puede completar con un rango amplio de temperatura, que puede situarse entre los 10°C y los 38, aunque su desarrollo óptimo se logra entre 22 y 25°C, valores en los cuales cumplen su desarrollo en un lapso aproximado de 30 días.

Morfología de los huevos y las fases inmaduras

La forma de los huevos es entre ovalada y alargada con coloraciones que varían en el tiempo, al principio son claros, entre blanco amarillentos y después van adquiriendo tonos cada vez más oscuros, con longitudes de 0.23 mm de largo por 0.1 de ancho aproximadamente.

La primera ninfa es también ovalada con antenas y 6 patas (3 pares), todas funcionales, de color traslúcido con algunas motas amarillas, mide 0.27 mm de largo por 0.15 de ancho. Las ninfas siguientes (II y III) son inmóviles y también traslúcidas, sus longitudes son 0.38 por 0.23 mm para la ninfa II y 0.54 por 0.33 para la III. La pupa es de morfología ovalada, color transparente, puede poseer setas en la parte marginal, con longitudes variables en base a la planta donde habitan. Las medidas de este último estadio son 0.73 mm de largo por 0.45 de anchura.

Morfología de los adultos

Los adultos de Aleyrodidae tienen un cuerpo de tonalidades amarillas, con 4 alas (2 pares) de forma redondeada, membranosas, con la característica que su nerviación es poca y poseen además tonos claros, color blanco, debido a un polvillo de naturaleza cérea que producen. Sus ojos son de color rojo y poseen un aparato bucal de tipo perforador-chupador.

Reproducción de la mosca blanca

La reproducción de los miembros de la familia Aleyrodidae es generalmente sexual, aunque también puede lograrlo asexualmente, por vía partenogénica, produciendo hembras a través de la fecundación y machos de los huevos sin fecundar, lo que se conoce como partenogénesis arrenotóquica. La frecuencia diaria de puesta es de aproximadamente 9 huevos por hembra, y ésta es realizada en las hojas tiernas, específicamente en el envés. Los huevos se pueden depositar de forma individual o agrupada.

Daños y problemas ocasionado por los miembros de la familia Aleyrodidae

Como ya ha sido mencionado, la mosca blanca es un fitófago que parasita gran cantidad de especímenes vegetales de importancia para el ser humano tanto hortícolas como frutales, también ornamentales, los daños y problemas asociados con su estancia en ellos pueden ser directos o indirectos.

Los daños directos se relacionan con los procesos alimenticios en sí, de succión de la savia que generan desecamiento de láminas foliares afectadas, así como debilitamiento del vegetal, además que durante este procedimiento pueden inocular sustancias tóxicas que producen manchas. Los daños indirectos o secundarios, son los que tienen que ver con las excreciones de composición azucarada que inducen el asentamiento de los hongos del hollín, que también afectan el funcionamiento fisiológico vegetal, además de causar pérdidas de las propiedades organolépticas de los frutos y hortalizas afectados.

La mosca blanca también cumple un importante papel como vector y transmisor de virus patógenos de plantas, entre los que destacan el del mosaico de la patata o el virus de la amarillez de la remolacha, el del mosaico amarillo del tomate, entre otros, enfermedades que ocasionan graves problemas y pérdidas a los agricultores.

¿Cómo prevenir y combatir a la mosca blanca (Aleyrodidae)?

Para el combate de los insectos de la familia Aleyrodidae es recomendable un control integral con el menor uso de pesticidas posible, ya que poseen efectos negativos tanto para la mosca, al inducir resistencia, como para la salud del ser humano y el cuidado del medio ambiente, aparte de los gastos económicos implicados. Como medidas preventivas para evitar la colonización de la mosca blanca se puede mencionar la colocación de mallas protectoras en invernaderos, también disminuir la utilización en exceso del abono con altas cantidades de nitrógeno, ya que favorece la multiplicación de otros insectos auxiliares. Se puede emplear igualmente el control botánico con plantas como el neem o el purín de ortigas, entre otras.

El combate de las plantas afectadas con mosca blanca puede incluir algún tratamiento de origen natural, también son efectivos los lavados con jabón y aceites. Los tratamientos químicos incluyen insecticidas organofosforados, y el control físico se realiza a través del empleo de trampas adhesivas de tonos amarillos para aprovechar la atracción de estos hemípteros por estos colores. Además, se ha reportado el uso de control biológico con algunos parasitoides como Encarsia formosa, depredadores como Macrolophus caliginosus o entomopatógenos como Verticillium lecanii.

Referencias

  • Morales, F. (2004).
  • Pascal, E.; Vásquez, H.; Chirinos, A. (2017).
  • Polack, A. (2005).
  • Porcuna, J. (2010).
  • Valarezo, O.; Cañarte, E.; Navarrete, B.; Guerrero, J.; Arias, B. (2008).

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